CChC Concepción participa en el Consejo Consultivo de Medio Ambiente y en el Comité Regional de Humedales

Aportar para que la Región siga el camino de un desarrollo sostenible en materias ambientales es la desafío que la CChC Concepción se ha propuesto al incorporarse en el Consejo Consultivo de Medio Ambiente y en el Comité Regional de Humedales, instancias de las que forma parte desde este año.

En cada una de ellas, la CChC local está representada por la Comisión de Medio Ambiente, que preside la socia arquitecta Paula Vega.

El Consejo Consultivo de Medio Ambiente, formado al alero de ese ministerio, es un espacio para debatir y pronunciarse de manera no vinculante sobre temas de relevancia ambiental de la Región y está formado por distintos actores de la sociedad, menciona la profesional.

Resalta que “aún, cuando las decisiones de este Consejo no son vinculantes, tener voz y voto es de importancia, ya que se expone la visión del gremio como motor del desarrollo regional, además de conocer, en primera persona, las discusiones que la institucionalidad ambiental está llevando adelante o impulsando”.

Uno de los mayores desafíos de sus miembros es apoyar las diferentes políticas públicas en torno a temas ambientales. El Consejo está formado por dos representantes de la academia, dos de sindicatos de trabajadores e industria y dos de organizaciones ambientales sin fines de lucro.

El Consejo puede abordar la crisis de la basura, el destino de desechos en sectores productivos, la calidad del aire, la preservación de la naturaleza, el patrimonio ambiental y los planes de prevención y de descontaminación, entre otras discusiones.

En tanto, el Comité de Humedales es el primero que se forma en el país. La dirigente gremial señaló que éste se enmarca en la “Ley de Humedales Urbanos”, que tiene como finalidad la protección de esos espacios.

Paula Vega enfatiza que “ser parte de la gobernanza en la gestión de humedales es relevante, pues estos ecosistemas son una característica predominante del Gran Concepción, con interacción de las actividades que desarrollan las empresas socias”.

Agrega que “estas actividades tienen un impacto directo y tangible, tanto en el bienestar del ecosistema, como en la calidad de vida de las personas que habitan esas áreas”. Así como también en el quehacer empresarial y productivo que los socios emprenden en la ciudad.

“De esta forma, ser parte activa de este comité permite tener injerencia o, al menos conocimiento, de los procesos de declaratorias u otros que impulsa este Comité”, afirma Vega.